martes, 22 de noviembre de 2011

Cuando la comunicación traspasa la pantalla. Una valoración sobre las redes sociales

Filósofos, periodistas, políticos... una gran cantidad de profesionales se plantean qué es lo que está pasando con las redes sociales. Cada vez más medios de comunicación de los que se suelen denominar "tradicionales" (con las connotaciones que conlleva esa palabra) incluyen en sus contenidos un espacio para "vamos a ver qué opinan los twitteros" "¿y qué es lo que dicen en las redes sociales?".

A veces se habla de las redes sociales como si fueran un ente extraño. Sin embargo, las redes sociales existen desde que las personas nos reunimos en sociedades.

Si hay una cosa básica que tenemos que entender es que Twitter y Facebook son las plataformas, las herramientas. Pero los que estamos detrás somos las personas. Es algo parecido a cuando hablan de los "internautas" como algo extraño, como si fuera una especie en peligro de extinción. 

No fue Twitter el que provocó las revueltas del mundo árabe o el movimiento del 15 M. Fueron las personas. Twitter fue esencial porque proporcionó la posibilidad de comunicación instantánea y de transmitir los mensajes al mundo. Lo importante de Twitter o Facebook es que nos permiten contactar con cualquier persona del mundo y conocer qué está sucediendo al isntante. Twitter posibilita que uno desde su casa pueda decir lo que piensa o transmitir lo que está pasando.
Twitter, además, no se deja guiar por la opinión de los grandes medios, las personas escogen de qué tema hablar y se accede a noticias y eventos que interesen.
Ejemplo, alguien incluye la noticia de que los eurodiputados renuncian a la posibilidad de no volar en primera clase. Con la crisis que está cayendo automáticamente el tema #eurodiputadoscaraduras centraliza todos los mensajes de la gente que participa en Twitter. Al día siguiente los partidos dan explicaciones. Pero no ha sido Twitter el que ha hecho eso, han sido las miles de personas que consideraron indignante esa noticia y que se centraron en hablar de ese tema y ejercieron una presión social que traspasó la pantalla. Twitter nos posibilitó el conocer la noticia, el opinar sobre ella y el interaccionar de una manera que no habría sido posible en otro canal que no fuera una red social telemática. 

Hace poco hablando con un grupo de amigos de este tema una persona dijo "un niño de 12 años acosaba a sus compañeras de clase por Tuenti" y el comentario sucesivo fue "claro, es que es muy pequeño para utilizar las redes sociales".... mi respuesta es "señora, lo que es pequeño ese niño es para ser acosador".

El tema de las redes sociales me recuerda a los orígenes de internet cuando en la familia se consideraba como algo malo. Parece que cada día se tiene más claro que internet tiene muchísimas ventajas, que es una herramienta indispensable hoy en día y que lo que hay que hacer es aprender a utilizarlo, que la herramienta no es buena ni mala por sí misma, es el uso que le demos nosotros. Supongo que a las redes sociales, como componentes del ciberespacio les pasará algo parecido.
Lo importante no es bloquearlas en el centro. He visto a alumnos saltarse la prohibición de Tuenti a la torera instalándose programas para desbloquear las redes bloqueadas. Prohibir no es la solución. La solución pasa por formar ciudadanos críticos, la solución pasa por adentrarnos en esas redes. En Tuenti harán muchas cosas, pero doy fe de que esa red social la usan para su ámbito escolar muchísimo, yo estoy en Tuenti con mis alumnos y veo cómo comparten materiales, se preguntan dudas de las prácticas de mates, se organizan para quedar y estudiar juntos... ellos son Tuenti, mejor dicho, nosotros somos Tuenti, Facebook y Twitter, nosotros somos las redes sociales. Como todo, estas herramientas tienen sus cosas buenas y sus cosas malas, son tan grandes las ventajas que es una pena que el miedo a los peligros nos haga cerrar los ojos. Como siempre la educación es la que nos puede echar una mano, hoy más que nunca el uso crítico de las herramientas es imprescindible. Una competencia digital adecuadamente trabajada en la escuela y una identidad digital como elemento imprescindible en nuestro desarrollo personal es necesario. La comunicación traspasa la pantalla por algo evidente, porque somos nosotros los que nos comunicamos.


domingo, 6 de noviembre de 2011

¿Qué es competencia? ... competencia eres tú

¿Qué es una competencia? - dices mientras clavas en mi pupila tu pupila azul,
¿Qué es una competencia? ¿Y tú me lo preguntas? competencia... eres tú.

Competencia. Esa palabra que cualquier documento didáctico que se valore incluye. Pedagogos que nos llenamos la boca hablando de lo importante que es basarnos en un modelo didáctico y curricular basado en competencias. Leyes que nos hablan de competencias básicas. Leyes que tienen una redacción estupenda y que no se están aplicando porque no se ha puesto interés en acercar esas palabras a la realidad de las aulas, o al menos plantearse que el cambio no viene desde arriba, sino desde abajo, menos cambiar tantas leyes y más pisar un aula y ayudar al profesorado.

Desde hace varios años, a todos los niveles educativos la palabra competencia aparece, el Real Decreto de Enseñanzas Mínimas de 2006 de Educación Primaria nos habla de ellas, y el Plan Bolonia también. Desde infantil a la universidad nos llenamos la boca programando y pensando en competencias, pero ¿Realmente sabemos lo que son? no me avergüenza decir que me ha costado dos años de lectura, conversaciones y estudios, empezar a entender qué es una competencia y sobretodo qué implica en el aula.



En los distintos documentos oficiales encontramos la palabra competencia por muchos lugares:



Intentando entender todo este paradigma lo que hacemos es tratar de comprender qué es una competencia a partir de lo que ya sabemos. Y lo que más o menos sabemos es que hay varios niveles para adquirir y desarrollar un conocimiento y por tanto durante mucho tiempo hemos hablado de contenidos conceptuales (el saber), procedimentales (el saber hacer), y actitudinales (el saber ser). Los organizábamos con verbos. Grandes taxonomías de palabras nos ayudaban a entender que verbos como "conocer" hacían referencia al concepto, que verbos como "dibujar" hacían referencia a un procedimiento, y que verbos como "colaborar" hacían referencia a una actitud.

Por tanto, lo que muchos pensamos cuando nos explican lo que es una competencia es que ésta incluye esos tres niveles, el conceptual, procedimental y actitudinal como una misma cosa, porque no podemos diferenciar o clasificar como hacíamos antes en tres niveles, si no que iría todo junto, cosa que es comprensible, porque el niño tiene que conocer el ciclo del agua, dibujarlo y comprender que hay que ahorrar agua como algo relacionado, no como tareas independientes.

¿Qué es lo que hacemos por tanto en las Unidades Didácticas? eliminar la palabra conceptual, procedimental y actitudinal pero seguir formulando las cosas de la misma manera. Al final ponemos de manera muy bonita que vamos a trabajar en competencias y listo.

Sin embargo, si realmente entendemos lo que es una competencia esto no sería correcto, las últimas teorías didácticas de lo que es una competencia nos hablan de que una competencia incluye estos cinco niveles:
Vamos a poner un ejemplo. Un marinero conoce todos los nudos marineros (saber), practica en clase con cuerdas para aprender a realizarlos (saber hacer) y adquiere habilidades de trabajo colaborativo y se trabaja la responsabilidad en alta mar (saber ser). Hasta aquí lo que siempre hemos conocido. Pero, dentro de unos años, ese marinero puede encontrarse en medio de una tormenta, recordar qué es un nudo y cómo se hace, pero ser incapaz de hacerlo en ese momento. Ese es uno de los nuevos niveles que se adquieren cuando hablamos de competencias, el de conseguir resultados eficaces en situaciones reales. Es decir, que en matemáticas un niño puede entender conceptualmente qué es una suma y saber sumar porque ha estado haciendo durante todo el curso sumas en su cuadernillo Rubio, pero que luego vaya a la tienda y en una situación real no sepa aplicar la suma.

Pero ¿cómo yo profe de mates puedo conseguir trabajar este nuevo nivel? pues llevándonos al alumno a situaciones lo más posiblemente parecidas a la vida real. No quedarnos en hacer sumas en la libreta si no levantarnos del pupitre y hacer simulaciones, juego de roles como si estuviéramos en una tienda, cualquier actividad que nos permita trabajar más allá de lo tradicional.

El otro nuevo nivel hace referencia al "aprender a aprender" y al aprendizaje significativo. Este nivel lo que nos dice es algo tan básico como que tenemos que partir de la experiencia previa para entender algo, el famoso andamiaje cognitivo, el que no somos recipientes huecos. El pasar de una habilidad a una competencia, porque yo puedo tener la habilidad de hacer nudos marineros rápidamente, pero lo importante es si sabré hacerlos en esa tormenta o no.

Si llegamos a entrever lo que es una competencia deberíamos entender como no tiene sentido en planificaciones educativas hablar de contenidos conceptuales, procedimentales y actitudinales. El nuevo modelo debería tender a enunciar objetivos didácticos de manera adecuada y asociarles competencias, de tal modo que luego en las actividades se vea que se están trabajando todos los niveles de las mismas.

Más allá de todas estas reflexiones sobre planificación educativa, si algo hay claro y deberíamos tener en cuenta los profesores es que de una manera u otra tenemos que cambiar nuestra metodología docente, se acabó el modelo técnico de doy mi clase desde mi silla y me voy a mi casa, el mundo nos exige un cambio en todos los niveles escolares, entendamos o no entendamos lo que es una competencia está claro que es algo que va más allá de la clase tradicional. 

Zabala en su artículo "La formación por competencias" describe una historia muy interesante:

"Cuenta Sgalambro (2002) que en un Congreso Internacional sobre el tema de Recognizing Learning que tuvo lugar en Halifax (Canadá) en Octubre del 2001, preguntaron a dos expertos internacionales muy conocidos que acababan de exponer sus trabajos sobre el reconocimiento de competencias que señalaran las diferencias entre competencia y habilidad (competence & skill). Para el primero de ellos la competencia era “el nivel en que se demostraba poseer una habilidad”; para el segundo la competencia era “la suma de saber, saber hacer y saber ser”. Pero a la hora de querer diferenciar claramente entre habilidad y competencia ambos se declararon incapaces".

Es decir, después de debatir durante horas los expertos dicen que no te sabrían decir muy bien como va el tema. ¿Cómo pomos pretender entonces que nuestro pobre profe de mates lo haga? Si dedicáramos más esfuerzos simplemente a entender que hay otra manera de hacer las cosas, si le dijéramos a ese profe actividades concretas que puede hacer, si le ayudáramos a entender que hay más cosas que un examen final estoy segura que sería más eficaz que seguir en debates filosóficos sobre la competencia. ¿Qué es competencia entonces? Pues competencia eres tí, competencia sois vosotros, todos los docentes que intentan ir más allá, que se forman, que colaboran, que movilizan a sus alumnos para que cuando estén en la tormenta de la vida sean capaces de hacer el nudo marinero adecuado.